No hay deuda histórica. Si tuviera que resumir en una frase el impulso de fondo que ha hecho nacer esta página, me atrevería a hacerlo con esta frase precisamente. No porque el ser pronunciada haya decidido la construcción de este espacio (y de otros que informaremos por aquí), sino porque en su sola enunciación se resume el olvido y la negación a los que ha sido condenada la profesión docente en este país desde hace muchos años. Es su colorario más categórico e indesmentible. La negación absoluta.
Y no somos los únicos. Hace unos meses Tomás Jocelyn-Holt, en un artículo titulado "Araucanía: sangre, identidad e integración" (gracias a la página del Liceo PTM, a través de la que llegué a él), describía cómo el historiador Sergio Villalobos afirmaba que "no existe algo llamado 'El Pueblo mapuche'", con el fin, por supuesto, de negar la legitimidad de las reivindicaciones de dicho pueblo. Para negar tales reivindicaciones, Sergio Villalobos usa el mismo sistema que usa el gobierno hoy para negar la de los profesores: la negación. Esto parte de una base silogística que supone que si se niega la existencia de lo que se discute o el sujeto con el que se discute, el problema se hace falso e inexistente.
Nada más alejado de la realidad, por supuesto. Falacias como esas se refutan y hacen agua por todos lados. Basta leer las que le hace Jocelyn-Holt a Sergio Villalobos, perfectamente hiladas, para caer en la cuenta. Pero son fácilmente engañadoras si no se reflexionan más de una vez. Y para eso debemos abrir espacios de reflexión acerca de ellas con el fin de ir desmantelándolas una a una.
Este es uno de estos espacios. Queda abierto para todos los profesores de la Provincia del Huasco y para los que quieran aportar (más allá de ella) con sus reflexiones y análisis sobre nuestra realidad como docentes, y sobre otros grupos que, como nosotros, han sido, y siguen siendo negados en su legitimidad y en sus derechos.
Recuperar el espacio que nos fue arrebatado de manera tan arbitraria no es tarea fácil. Pero se hace mucho más liviano el trayecto si contribuimos como una unidad, una comunidad que estrecha lazos en lo mejor que tenemos, la generación de ideas. De ellas han nacido las pequeñas revoluciones que le han doblado la mano a la realidad imperante.
Esta no será la excepción.
Y no somos los únicos. Hace unos meses Tomás Jocelyn-Holt, en un artículo titulado "Araucanía: sangre, identidad e integración" (gracias a la página del Liceo PTM, a través de la que llegué a él), describía cómo el historiador Sergio Villalobos afirmaba que "no existe algo llamado 'El Pueblo mapuche'", con el fin, por supuesto, de negar la legitimidad de las reivindicaciones de dicho pueblo. Para negar tales reivindicaciones, Sergio Villalobos usa el mismo sistema que usa el gobierno hoy para negar la de los profesores: la negación. Esto parte de una base silogística que supone que si se niega la existencia de lo que se discute o el sujeto con el que se discute, el problema se hace falso e inexistente.
Nada más alejado de la realidad, por supuesto. Falacias como esas se refutan y hacen agua por todos lados. Basta leer las que le hace Jocelyn-Holt a Sergio Villalobos, perfectamente hiladas, para caer en la cuenta. Pero son fácilmente engañadoras si no se reflexionan más de una vez. Y para eso debemos abrir espacios de reflexión acerca de ellas con el fin de ir desmantelándolas una a una.
Este es uno de estos espacios. Queda abierto para todos los profesores de la Provincia del Huasco y para los que quieran aportar (más allá de ella) con sus reflexiones y análisis sobre nuestra realidad como docentes, y sobre otros grupos que, como nosotros, han sido, y siguen siendo negados en su legitimidad y en sus derechos.
Recuperar el espacio que nos fue arrebatado de manera tan arbitraria no es tarea fácil. Pero se hace mucho más liviano el trayecto si contribuimos como una unidad, una comunidad que estrecha lazos en lo mejor que tenemos, la generación de ideas. De ellas han nacido las pequeñas revoluciones que le han doblado la mano a la realidad imperante.
Esta no será la excepción.
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