sábado, 31 de julio de 2010

LOS IMPRESCINDIBLES

¿Hola? ¿Hay alguien ahí? Así tendría que empezar esta entrada, para recordarnos que pasada la supuesta "lucha", el fragor y fiebre de las marchas y protestas (que o fueron muy pocas o muy poco contundentes por el resultado obtenido), volvemos a dejar en el olvido la causa docente, en la que está implicada la causa educativa misma. Este mismo blog se paralizó luego de terminado del vendaval o el atisbo de unidad gremial. ¿Cómo nos recordarán, como gremio, las futuras generaciones? ¿Nos recordarán?
Incluso hoy, cuando las comunicaciones nos ponen uno al alcance del otro para mantener viva la fuerza de una lucha que debiera seguir dándose día a día (así es de urgente), no somos capaces de hacerlo. Todas las páginas y blogs creados dejaron de emitir sus mensajes y sus informaciones. Y si continúan emitiéndolos es de forma intermitente. La mayoría de ellos tienen el tono de saludos, felicitaciones, simpatía por este u otro caso en particular; uno que otro artículo informativo sobre la actualidad educacional, docente, política... ¿y qué más? ¿Dónde están los que discutían y defendían y acusaban con tanta vehemencia en los últimos meses del año 2009?
Están ahí, claro. Sólo que ahora observan solamente. Miran y pasan por las páginas y circuitos de las redes para ver si hay "algo interesante". Están esperando que ustedes y yo (los que no debemos olvidar que nada se ha ganado aún, más bien se sigue perdiendo cada día que pasa) les digamos qué tienen que hacer. Seguir, leer, expresarse, hacerse notar, denunciar, luchar, luchar siempre. Recuerden el texto de Bertold Brecht, un texto conocido por todos gracias a Silvio Rodríguez (que es más escuchado que Brecht leído): los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles. ¿Quién les dijo que podían volver a su vida cómoda y oscura de docentes de provincia? ¿Quién les dijo que algo se había ganado; que habían cumplido su tarea?
¿No quieremos ser los imprescindibles? ¿Que nadie lo es? Bien. Entonces seamos los prescindibles, los que son fácilmente sacados con una mano, para con la otra, poner al siguiente. Bien nos lo tendríamos merecido si esta va a ser nuestra última palabra: no tengo tiempo. Entonces sería bueno recordar lo que dice Séneca: No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho.
¿Estamos dispuestos a seguirlo perdiendo y asumir las consecuencias? Si no, aquí dejo algunos links para seguir (in)formándonos:

¿El fin de la educación pública en Chile?

Ministerio busca profesionales que no hayan estudiado en Chile.

Realidad Educacional Chilena (página Web)

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